El cerro se encuentra al sur del Valle del Conlara separado de otros cordones serranos. La serranía del Morro la componen el propio cerro El Morro, El Yulto,El Tala y Varela. Su altitud en el punto máximo es de 1727 m.s.n.m Se destaca que es posible divisarlo desde diversos puntos de la provincia al estar solitario en la inmensa planicie.
No es un volcán como suele considerarse, pero tiene origen por procesos volcánicos entre 1500 y 2000 millones de años. En su centro se halla una depresión conocida como “la olla”, una depresión geológica de unos 4km de diámetro que encierra otros conos volcánicos conocidos como “mogotes”. El cráter tiene 1250mm en el fondo, rodeada de picos de hasta 1680mm. Se utiliza de potrero para la hacienda y esta cruzado por arroyos que llevan el agua del cráter hacia el exterior.
El imponente cerro aguarda numerosas historias de la vida en la llanura pampeana del siglo XIX,gauchos, batallas y malones.
Los distintos escenarios que ostenta el cerro posibilita la práctica de variadas actividades al aire libre,trekings, safaris fotográficos que invitan a descubrir maravillosas postales y a dejar plasmados los mejores momentos vividos durante las vacaciones, aprovechando la privilegiada panorámica que ofrece la cima del cerro, de hecho puede apreciarse en el horizonte el Dique San Felipe.
Se lo puede recorrer a caballo, a pie o por caminos para vehículos 4x4 La subida en vehículo no es sencilla, especialmente si nos toca tiempo lluvioso, pero bien vale la pena. Una manera es bordear el cerro hacia el Sur, poco antes de llegar a la localidad de San José del Morro, está la estancia La Morena. Esta es la puerta de acceso. Desde allí cabe la posibilidad de subir el volcán (apenas 700 m de desnivel) haciendo trekking o en una 4x4 por la huella que nos lleva hasta el cráter.
Ideal para iniciar en el mundo del trekking, clubes de montañismo lo eligen para principiantes por la baja dificultad de sus senderos. Sin embargo en este cerro hay la neblina suele ser frecuente durante el año, algunas de ellas reducen la visión tanto para conductores de vehículos como algún caminante desprevenido en el cerro. Hay agencias de viajes en San Luis que hacen excursiones al cerro y caminatas organizadas por clubes de montañismo. Las escaladas se realizan por tres lugares. La Esquina, El Guanaco o la estancia La Morena, por esa zona nos permite visitar lugares como Los Bancos, La Casa Militar, El Hueco de la Tiburcia, Casa de Piedra o La Iglesia de los Pájaros y otros no menos importantes”.
“Los Bancos es un lugar rocoso donde su formación permite observar que efectivamente parecen bancos de una escuela. Al otro lugar se lo denomina La Casa Militar porque allí, aseguran los lugareños, se instaló un pequeño ejército, El Hueco de La Tiburcia se la conoce así porque ahí llegaba la pobre mujer a esconderse de los malones. Años después, Tiburcia Escudero pasaría a ser la famosa cautiva de los Ranqueles. La Iglesia de los Pájaros es otro lugar emblemático, gigantesco, donde su conformación parece un campanario, es hueco por dentro y tiene aberturas si fueran ventanas y siempre está llena de pájaros y La Casa de Piedra tiene una longitud de unos 30 metros por siete de profundidad, lo que seguramente y dado los objetos encontrados en el lugar, la habitaban originarios y sirvió para refugio.
En el pasado servía de resguarda para los pobladores de la localidad de San José del Morro cuando eran atacados por los malones indígenas, ya que estos últimos contaban con caballos “baguales”, caballos criados en la llanura que no podían subir por el escarpado y rocoso suelo del cerro. No solo de los malones protegía el Morro a sus habitantes, también servía para huir de "gauchos saltiadores" (bandidos de la época).
Dicen quienes saben que ostenta un fuerte carácter. Capaz de recibir a los visitantes con todo su esplendor, como así también reservarse el derecho de admisión, por ello es que cuentan las leyendas que ahuyenta a los visitantes malintencionados con un bramido, y luego los tapa en una niebla tan espesa como el olvido para que pierdan el camino
ph Hugo Vila
En lo que se llama el potrero del Morro, existe una laguna donde vive la Madre del Agua; ésta es una niña muy linda, blanca y rubia. Humana hasta la mitad del cuerpo y de ahí para abajo es pez. Siempre la ven que se está peinando el pelo que es rubio y largo con un peine de oro. Dicen que se la ve temprano a la mañana, cuando hay niebla y comienza a asomar el sol. También a la siesta cuando el sol está muy fuerte y deslumbra la vista. Todos saben que el Cerro del Morro desconoce a los extraños y comienza a bramar cuando quieren entrar en la laguna y se dice que la hacienda cuando subía no bajaba más. y lo mismo pasa a los que pretenden acampar en su cercanía. El cerro se enoja en estas circunstancias y de sus entrañas brota un bramido aterrador y ahí nomás cae la niebla. Una cerrazón que no deja ver nada y hace perder hasta los animales. Dicen que a veces era como una llovizna, otras como una tempestad con granizo con nieve y con un viento tan fuerte que volteaba todo. Los camperos desaparecían si los encontraba el enojo del cerro. Y ahí estaba la Madre del Agua esperándolos en la laguna, para llevarlos a su reino, que es otro mundo que se encuentra en el fondo del agua. También hablan las leyendas del toro negro con cuernos de oro que sale de la laguna y que trata de llevar ganado hacia el agua hasta hacerlo desaparecer. Lamentablemente en la actualidad la laguna se ha secado por el paso de vehículos 4x4 y en lugar solo queda un pequeño pantano.
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