Renca es una antigua población del nordeste de San Luis,ubicada a 210 km de la ciudad capital a orillas del río Conlara. En el lugar se lleva a cabo todos los 3 de mayo la fiesta de Renca en la cual los peregrinos que llegan de distintos puntos del país veneran la imagen del Cristo de Espino y recorren la iglesia. Es uno de los pueblos más antiguos de San Luis, su nombre significa en voz mapuche "hierba andina".
Según cuenta la leyenda, aproximadamente en 1636 en Chile, en el valle de Limache,un indio ciego mientras hachaba un espinillo, sentía como si lloviera y esa lluvia le mojaba los ojos; él continuaba con su actividad y las gotas del árbol le cubrían el rostro mientras que una suave luz comenzaba a brillar tímidamente en sus pupilas y fue así que el ciego, empezó a ver. Al buscar aquello que lo había salpicado, se encontró con un pequeño Cristo tallado en el hueco carcomido del árbol que estaba cortando con su hacha. Como había sido encontrado un 3 de mayo empezaron a celebrar esa fecha porque los milagros se sucedían uno tras otro. Se lo colocó en una capilla para resguardarlo. En 1719 se incendió la misma, quemándose el Cristo Doliente, pero, utilizando lo que quedaba del madero, se hicieron distintas réplicas. La creencia popular dice que una de ellas mientras era trasladada a Córdoba al cruzar el rio Conlara, una de las mulas se hecho y se negó a avanzar lo que fue interpretado como que en el lugar debía erigirse una capilla, que fue levantada en 1732. El pueblo fue fundado en 1753 aunque hay evidencias de que el lugar estaba habitado desde antes
Pero no todo fue color de rosas, En uno de sus terribles malones sufridos por la localidad, los indios llegaron hasta esa villa y después de saquearla, buscaron con afán ese Señor del que tanto se hablaba. Al dar con él, lo sacaron a la plaza, lo lancearon y por fin lo degollaron arrojando sus pedazos en la tierra. Los restos fueron recogidos y restaurados por los pobladores. Durante la invasión de 1834, encabezada por el cacique Yanquetruz, los indios entraron en Renca, siguieron hasta La Carolina, atraídos por la fama de las minas y de su comercio. Los vecinos pusieron a salvo la imagen escondiéndola en Las Lagunas y una vez pasado el peligro el Señor de Renca volvió a su capilla.
El 1º de julio de 1857, Manuel Paz realizó un nuevo crucifijo en madera del cristo del espinillo por mandato del párroco Ángel Pacífico Bolla, que es la imagen que hoy se venera.
El cristo está en tronco de madera de espinillo, mide 1 metro de alto y unos 25 centímetros de ancho. Pesa 8 kilos y la imagen del Cristo es de 15 centímetros.
ph Agencia de Noticias San Luis
En la actualidad la localidad preserva su pasado colonial, ya no es la importante localidad de 3000 habitantes que tenía en el pasado. Quedó congelada en el tiempo a la sombra del crecimiento de la vecina Tilisarao. Sin embargo aún hoy es parte de la tradición puntana visitar el Cristo de Renca, en el pasado eran carros falderos quienes traían de las quintas de las Sierras de los Comechingones, ingredientes para el mate, leña, cortes para el asado ponchos y demás. En la actualidad hay vendedores ambulantes. Cabalgatas, cantores y danzas completan la celebración. Convocando a 30000 personas cada año. La novena y la procesión con el cristo alrededor de la plaza se sigue celebrando como antaño.
Estamos disponibles para brindarte toda la información que necesites antes y durante tu visita.
Comentarios (0)